Todo lo contrario –dicen los mismos investigadores– de lo que sucede con los mensajes que terminan con un signo de exclamación (!).

Para llegar a esa conclusión, un equipo coordinado por Celia Klin –profesora asociada de piscología de la Universidad de Binghamton, en EE.UU.– le pidió a un grupo de voluntarios que valoraran una serie de breves intercambios.
Dichas conversaciones, registradas tanto en papel como por teléfono, consistían en invitaciones seguidas de una breve respuesta, que unas veces terminaba en punto y otras no.
Y los investigadores encontraron que, en el caso de los mensajes de texto, la presencia o ausencia del punto influyendo marcadamente sobre la percepción de sinceridad, lo que no ocurrió con los mensajes el papel.
Para Klim esto demuestra que la puntuación influencia en la forma en la que interpretamos los mensajes de texto, como los que se intercambian vía aplicaciones como WhatsApp.
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Adaptación

"Cuando la gente conversa cara a cara hay mucha información social y emocional que puede ser fácilmente transmitida con la mirada, expresiones, el tono de voz, pausas, etc.", recordó la investigadora.

"Pero obviamente esos mecanismos no están disponibles cuando se emplean mensajes de texto. Entonces, tiene sentido que la gente utilice lo que tiene a mano: emoticones, errores de ortografía voluntarios que imitan sonidos particulares y, según nuestros datos, también signos de puntuación", explicó.
Se trata, sostiene la investigadora, de un nuevo y maravilloso ejemplo de cómo la gente, acostumbrada como está a tener conversaciones complejas y llenas de matices, adapta las herramientas a su disposición.

Y, para el resto de nosotros, es una pista de cómo podemos tratar de ser más efectivos en nuestra comunicación.

 

Extraído de BBC Mundo.