El porcentaje de habitantes de nuestro planeta que es usuario de un teléfono móvil es del 51%, es decir, nada menos que 3.790 millones de personas. Este porcentaje de usuarios de smartphone asciende, por ejemplo, en España hasta un 80% de la población adulta. En cuanto al uso social del teléfono, un 42% accede a redes como Facebook, WhatsApp Twitter o Instagram de manera habitual con el objeto de relacionarse con otros. A la luz de estos datos (Fernández, 2016), podemos suponer que la forma de relacionarnos los unos con los otros se encuentra en un proceso de cambio constante.

 

“Con sus constantes pitidos, timbres, vibraciones y silbidos, los teléfonos son como un niño caprichoso que no se portará bien hasta que él o ella consiga lo que quiera. El deseo de nuestros teléfonos es el de estar constantemente atendidos.” (Roberts y David (2016)


¿Qué es el phubbing y por qué se está normalizando?
Debido a la necesidad de describir un fenómeno social que hace no muchos años no existía, el diccionario australiano Macquaire desarrolló durante el año 2012 una campaña alrededor del mundo dedicada a familiarizar a la población con la palabra phubbing (Pathak, 2013). Combinación de las palabras phone (teléfono) y snubbing (hacer un desprecio), este término hace referencia al hecho de, en una reunión social, ignorar a alguien al estar prestando atención al teléfono móvil en lugar de hablar con esa persona cara a cara.

Este comportamiento, ciertamente nocivo en cualquier interacción social, se está convirtiendo en algo común. Varoth Chotpitayasunondh y Karen Douglas (2016), han investigado recientemente las causas psicológicas y las consecuencias de este comportamiento. Estos autores descubrieron que, como se podía predecir de forma intuitiva, una de las causas que nos lleva a ignorar deliberadamente a la persona con la que estamos es la adicción al teléfono móvil.

 

Phubbing y adicción a los smartphones
Entre los factores que predicen la adicción al teléfono móvil, y por tanto el phubbing, se encuentra la adicción a Internet y su uso desmesurado, que guarda mucha relación con otras adicciones no químicas como la ludopatía.

Como predictor de la adicción a Internet y los smartphone, estos investigadores de la Universidad de Kent encontraron que un factor influyente era la capacidad de autocontrol del usuario. A menor autocontrol, más probabilidad de adicción a Internet, al smartphone y, por ello, más probabilidad de realizar phubbing. Un último factor importante que se identificó fue el miedo y la preocupación de quedarse descolgado de los eventos, sucesos y conversaciones que están teniendo lugar en el círculo social, provocando esto un uso problemático del teléfono móvil.

El comportamiento de phubbing, argumentan los autores, se está convirtiendo en algo normal y aceptable debido a lo que se conceptualiza en psicología social como “reciprocidad”. Ignorar repetidamente a otras personas al estar pendientes del móvil provoca que los demás, de forma intencionada o no, devuelvan esta acción social.

A pesar de que para nadie es agradable ser ignorado, los papeles se suelen intercambiar a lo largo de diferentes interacciones sociales, siendo uno “ignorador” en unas ocasiones e ignorado en otras. Debido a que el aprendizaje social es básico en la adquisición de nuevas conductas, este intercambio, según los investigadores, nos lleva a asumir el falso consenso de que esta forma de actuar es algo aceptable e incluso normal. Los autores confirmaron esto descubriendo que aquellas personas que ignoraban más y aquellas que solían ser más ignoradas veían estos comportamientos como algo más aceptado socialmente.

¿Cómo afecta el phubbing a nuestras relaciones cercanas?
La mera presencia (visible) de un teléfono móvil sobre la mesa puede reducir la percepción de cercanía, confianza y calidad de conversación entre dos personas, siendo este efecto más pronunciado cuando se discute sobre temas emocionalmente relevantes (Przybylski y Weinstein, 2013).

Alrededor del 70% de los participantes en un estudio sobre la influencia de las tecnologías en las relaciones de pareja (McDaniel y Coyne, 2016), afirmaron que los ordenadores o los smartphones interferían de alguna manera en su convivencia. A mayor frecuencia de interferencia de las tecnologías, mayor repercusión en su bienestar (menos satisfacción con la relación, con la vida en general y más síntomas depresivos).
Por tanto, este comportamiento de phubbing no se reduce a encuentros esporádicos entre amigos, compañeros de trabajo o de clase, etc. sino que puede afectar directamente a la estructura de nuestras relaciones más íntimas y tener cierta influencia sobre nuestra calidad de vida.

El phubbing en las relaciones de pareja
James Roberts y Meredith David (2016), de la Universidad de Baylor, decidieron estudiar los efectos del partner phubbing o p-phubbing, es decir, las interrupciones para mirar el móvil durante una conversación mientras se está en presencia de la pareja sentimental. Debido a la amplia presencia de estos teléfonos inteligentes, como se ha mencionado anteriormente, es altamente probable que se produzcan interrupciones de manera frecuente en personas que comparten una gran cantidad de tiempo, como puede ser un matrimonio o cualquier pareja.

Debido a las necesidades de apego del ser humano, estos autores hipotetizan que para que se dé una relación de calidad la sola presencia de la pareja no basta, sino que se deben dar ciertos intercambios afectivos que deben ser recíprocos. Estos intercambios, conforme avanza el uso y presencia de los teléfonos inteligentes, pueden verse mermados. Por ello, debido a las interrupciones provocadas por el p-phubbing, las necesidades de apego y atención puede que no sean satisfechas de la misma manera en la que lo son sin la interferencia de determinadas tecnologías.

Conflictos agravados por el phubbing
En cuanto a los resultados del estudio de James Roberts y Meredith David (2016), como se predijo, a mayor frecuencia de phubbing se daba un mayor número de conflictos relativos al uso del móvil.

El phubbing y los conflictos con respecto al móvil fueron buenos predictores de la calidad de las relaciones, es decir, cuando existían numerosos conflictos y las parejas realizaban phubbing, la calidad de la relación disminuía de manera significativa. Además, siendo la calidad de la relación de pareja un factor que influye en la calidad de vida, podría afirmarse que interrumpir nuestras relaciones cara a cara por usar el móvil puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar a largo plazo. Este descenso en la calidad de vida puede provocar que, indirectamente, el phubbing cree un contexto propicio para la aparición de síntomas depresivos de manera progresiva.

Es importante señalar que en parejas que interrumpían su relación con mayor frecuencia debido al móvil, el número de conflictos era aún mayor en aquellas en las que uno de los miembros tenía un estilo de apego inseguro, en comparación con el estilo de apego seguro. Las personas con un estilo de apego inseguro, relacionado con relaciones afectivas frías y con una mayor voluntad de control de su pareja, se verían por tanto más afectadas por los desprecios provocados por su par.

Conclusiones
Teniendo en cuenta que, actualmente, el porcentaje de divorcios respecto a matrimonios se sitúa en un 50% (sin tener en cuenta las separaciones del resto de parejas), la evidencia empírica proporcionada por este tipo de estudios debería ser útil para hacernos conscientes de nuestros actos.

Esta toma de conciencia no implica que para vivir una fructífera relación de pareja debamos aislarnos de los beneficios que traen consigo las nuevas tecnologías, sino hacer un uso correcto de ellas. Al igual que una persona puede subyugar a su pareja ejerciendo excesivo control sobre esta e impidiendo, por ejemplo, que acuda a reuniones con sus amigas o amigos, un teléfono móvil (algo inerte) puede privarnos de momentos con nuestros seres queridos. Aprovechando nuestro “poderoso” lóbulo frontal debemos tomar las riendas de nuestras relaciones y ser capaces de guiar nuestras vidas hacia la mejor calidad de vida posible. De poco serviría vivir en un mundo online si nos desconectamos de lo verdaderamente importante.

 

Joaquin Macedo - Psicólogo


Referencias bibliográficas:
Chotpitayasunondh, V., & Douglas, K. M. (2016). How «phubbing» becomes the norm: The antecedents and consequences of snubbing via smartphone. Computers in Human Behavior, 63, 9-18.
Fernández, S. (2016). España, territorio smartphone. [online] Xatakamovil.com.
McDaniel, B. T., & Coyne, S. M. (2016). “Technoference”: The interference of technology in couple relationships and implications for women’s personal and relational well-being. Psychology of Popular Media Culture, 5(1), 85.
Pathak, S. (2013). McCann Melbourne Made Up a Word to Sell a Print Dictionary. [online] Adage.com.
Przybylski, A. K., & Weinstein, N. (2013). Can you connect with me now? How the presence of mobile communication technology influences face-to-face conversation quality. Journal of Social and Personal Relationships, 30(3), 237-246.
Roberts, J. A., & David, M. E. (2016). My life has become a major distraction from my cell phone: Partner phubbing and relationship satisfaction among romantic partners. Computers in Human Behavior, 54, 134-141.
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