1.- No olvide que dormir es un comportamiento “ritual”.-
Cada persona realiza, para conciliar el sueño, ciertos actos que se repiten noche tras noche. Algunos leen un poco en la cama, otros usan cierta almohada, hay quienes se llevan algo para beber a la mesa de luz. Un buen dormir comienza por mantener este ritual: haga  siempre todo aquello que usted suele hacer antes de ir a dormir. Cumpla completamente con su ritual previo al sueño.

2.- Trate siempre de cumplir horarios estables de sueño.-
Con esta costumbre usted mantendrá en hora su “reloj biológico”.

3.- Induzca al sueño con el ambiente.-
En la medida de sus posibilidades, trate de estar en un ambiente que sea “inductor” del sueño. Cada persona tendrá sus preferencias, pero en general trate de contar con un ambiente adecuado de luz y sonido.

4.- Evite que el miedo al insomnio se transforme, precisamente, en la causa del mismo.-
Se trata de reacomodarnos a la normalidad: donde hasta hace poco había insomnio, ahora volverá a haber sueño. Trate de pensar en ello hasta que se incorpore naturalmente a su “ritual”.

5.- Realice una actividad física periódica.-
La mayor parte de los especialistas recomienda la caminata porque provoca una serie de reacciones neurohormonales que condicionan favorablemente para el sueño posterior. Camine un poco más de lo que lo hace habitualmente y verá cómo por la noche dormirá mejor.

4 Actitudes que seguro le causarán insomnio.-
Mucha gente asume ciertas conductas nocivas sin pensar que con ellas está afectando la calidad de su sueño. Si quiere pasarse toda la noche dando vueltas en la cama sin poder dormirse, entonces haga lo siguiente:

1)    Acuéstese pensando en todas las cosas negativas que le pasaron durante el día, y piense en cómo resolverá los problemas que indefectiblemente le esperan al día siguiente.
2)    Dése un atracón y acuéstese inmediatamente. Su diafragma estará tan comprimido que tendrá los ojos más abiertos que una lechuza.
3)    Durante la noche, apenas una hora antes de acostarse, practique un deporte de competencia, como el tenis o el fútbol. La adrenalina desparramada en su organismo para tratar de ganar o ganar, sumada al enojo luego de la posible derrota, harán que el sueño aparezca, con suerte, recién al otro día, justo cuando está por irse a trabajar.
4)    De un día para el otro cambie sus costumbres: duerma sin almohada o, si antes no lo hacía, dése un baño bien caliente antes de acostarse. Si logra dormir, será casi un milagro.

Extraído de la revista El Mundo de Volt.